De hecho en los pronósticos no aparecían como favoritos. Pero aprobechando la ausencia de Belasteguin y Lima, todas las apuestas se inclinaban por Paquito y Matías o Juan Martín y Maxi.
En los cinco torneos que llevaban juntos, no habían podido pisar la pista central el domingo. El sorteo les había deparado encontrarse otra vez en semifinales con Bela y Lima. La ausencia de los número 1 les dejó el camino libre y no lo desaprovecharon.
Hicieron un torneo redondo, sin ceder ni un solo set, con un juego rápido y directo. Ya cuando en octavos de final eliminaron por un ajustado 6/3 y 7/6 a los rocosos Fede Quiles y Jordi Muñoz, se les vio más coordinados y con mucha confianza. Lo acabaron de confirmar ayer cuando aplastaron, literalmente, a Miguel Lamperti y Adrián Allemandi con un contundente 6/3 y 6/1.
Hoy tenían ante sí a la pareja más regular del año -a excepción de los líderes- y sabían que no portaban el cartel de favoritos. Tal vez eso también jugó a su favor. Hicieron un planteo perfecto desde el minuto uno. Sorprendieron ya en el segundo juego rompiendo el saque de Paquito Navarro y consolidaron la ventaja que supieron mantener hasta el final.
Navarro y Díaz no lograron ponerles en aprietos en ningún momento, no dispusieron de ninguna bola de break en todo el partido y acabaron por derrumbarse en el tie break del segundo set.
Han dado el primer paso. Juani Mieres y Sanyo Gutiérrez estrenaron su palmarés y en diez días llegarán a Sevilla con otros aires.
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